El sacrificio
no tenía nada que comentar
pero si no lo hacía
le daba la impresión
de que no llegaría a ser
a vertebrarse
/ como hubiera dicho un sabio antiguo
terminaría siendo un blandengue
un pólipo
un meduso
o algo peor
entonces fue reventando su indignación
por cualquier cosa
primero a fuego lento
luego a mayor volumen
hasta que sintió ese chorro de energía
que era capaz de transformar la materia
los ánimos
las caras
los corazones agitados
de allí en adelante
comprendió el gran poder de su lengua
y sin llevarse la contraria
comenzó a padecer los líos derivados
como parte de su gran misión
su sacrificio
en este mundo de ineptos