Carta de una señora a Juanjo Bona
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Yo no iba a ver OT este año. Empecé porque quiero mucho a mi hermana y a una amiga y a ellas les estaba encantando. Y cuando te vi cantando por Bruno Mars me enganché a tu voz y a lo que eras en el escenario. Y aquella semana en el 24h me pasó un poco como a Martin (salvando todas las distancias) me atrajo muchísimo tu energía. Eres magnético y por eso me molestaba tanto escuchar al jurado decirte que no transmitías. Y me dolía verte creerte aquella gilipollez con lo inteligente que eres.
No entendía mucho que alguien con tantísima personalidad como tú, con un cerebro como el tuyo, que piensa así de rápido, se dejase tanto hacer, opusiese tan poca resistencia.
Lo he entendido tarde y creo que tienes razón. Eres el AntiPol. Entraste ahí a aprender y a probar cosas. A ver qué pasaba y qué producía toda esa información en tu cabeza y en tu cuerpo.
Pol entró a demostrar todo lo q sabe, a que nadie le cambiase esa presunta esencia. No me gusta nada ese enfoque. Si la esencia es verdadera nadie te puede cambiar aunque en la vida, a veces, por supervivencia, disimules. Y por experiencia esta señora mayor sabe de sobra que los que insisten con la esencia acaban demasiado en su ombligo. El arte nunca funciona si solo es ombligo. Y ningún ombligo es esencia de nada.
Tú fuiste a esa academia a aprender, a atreverte, a probar. A confiar en otros profesionales. Ya llegará el momento de averiguar qué quieres hacer y cómo cuando entiendas cuales son todas las posibilidades.
Después aprendí a apreciar tu forma de pedir más madera en el concurso. “Quiero bailar” le decías a Noe. Y bailaste. Y nos hiciste disfrutar.
“El final no me triunfa”, le decías a Manu rascándote la cabeza entre suspiros con una mueca que las majas pronto aprendieron a interpretar sin duda. Y de pronto aparecía un final maravilloso que no veíamos crearse en el 24h. Ardía twitter llamando a Belena.
Es que no me concentro, Mamen. Y a escurrir toallas. Es que no encuentro mi estilo, Mamen. Y ella “qué estilo: tú lo haces todo bien. Busca. Prueba”.
He querido muchísimo a Mamen que para mi es, junto a Martin, la persona que más te ha entendido y te ha cuidado ahí dentro.
Tienes un sistema de trabajo muy parecido al mío, muy económico, si quieres decirlo así. Lo que se te da bien se ensaya lo justo. Lo que cuesta se machaca pero también se descansa. Todas las semanas lo tuyo estaba increible en el primer pase de micros (a veces en la toma de tonos, la verdad). Parecía demasiado fácil desde fuera si no te fijabas en los agobios. La semana del “Take on me” se vio muy bien cómo eres trabajando. Te dejaron solo y lo bordaste.
He admirado mucho a un chico de 20 años que tiene mucho mejor carácter de lo que cree, mucho menos orgullo del que parece, mucha más bondad de la que los haters vendieron en las redes.
Funcionó la campaña de odio con la ayuda inestimable de la envidia más cochina, y de Cris Regatero que espero te haya pedido disculpas en privado por aquella gilipollez que dijo con aquel tono insufrible.
Transmitir es poner lo que tienes y esperar que al otro lado haya alguien capaz de entenderlo. Transmitir no es vender culebrón o drama. No es fingir romperse. Hemos visto voces portentosas haciendo teatrillos lacrimógenos y no nos han transmitido nada porque no había ni un gramo de verdad en todo aquello.
Tú tienes una voz portentosa y llevas tiempo luchando por quitarte esos vicios tan de orquesta que Bisbal sigue sin quitarse. Eso a lo que llamas ahora “aprender a contar la canción”. En OT los has perdido todos sin perder tu esencia, porque la tienes y es imposible no verla cuando miras de verdad. Eso del folclore que te hace único. Ese deje en tu voz.
Recuerdo aquella vez que, ayudando a Chiara, le insistías “pero dí las palabras, qué significan”. Y esa es la clave.
Acaba de salir tu primer single. En principio el estilo no debería gustarnos a señoras de 44 años. Yo, además, tengo un problema con las canciones que cambian el acento a las palabras y encima no creo en eso de que las canciones hay que escucharlas varias veces para que te gusten.
Y sin embargo, ayer, al volver de un conciertazo de Silvia Pérez Cruz (todos los músicos, especialmente los que empiezan, deberían escuchar las palabras y la música de Silvia) puse “Lo que no ves de mi”.
La primera vez no entendí nada (ni de las palabras que cantabas ni de la melodía), no me gusta nada la base rítmica machacona que me temo es menos morderna de lo que Fresquito y Mango piensan. Pero a partir del 1.05 apareció LA VOZ. Esa voz agradeciendo al zagal. Hablando de capas que aprietan. Y la canción acaba con eso que, aunque nadie lo diga, es la marca de la casa, otra vez la esencia. Tu capacidad para susurrar algunas veces aun teniendo ese chorro de voz. Y que ese susurro lo sea todo.
Dices que la próxima es una balada. Me da igual. Haz lo que quieras. Voy a seguir atenta a tus pasos, a las capas que quites y las capas que pongas. Creo que nadie te contó en la academia que en el arte están permitidas todas las capas siempre que las capas sean para contar verdades, para conseguir efectos que ayuden a la comunicación.
Deseo que vivas muchas cosas que te hagan muy feliz, que sigas ganando la confianza para enseñarnos todo lo que eres, lo que llegues a ser. Que triunfes. Porque me gusta que ganen los buenos. Y porque estoy enamorada de tu voz.
Por muchas canciones más, Juanjo Bona...