Porque hay cosas que siguen sin caberme en un hilo de tuister

Mis libros de 2022

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Este año he leído por placer 56 libros (unas 40 páginas/día de media) de los cuales 20 están escritos por autoras no blancas que era mi reto de lectura. Un poco regular, la verdad. Intentándolo no he llegado ni a la mitad.

Tres estaban escritos por hombres.

29 novelas, 16 libros de poesía y solo 8 ensayos. El resto cómic.

Todo esto de arriba son datos pero lo que realmente importa son otras cosas.

Cosas como el recuerdo de leer El enebro en el salón de casa de mis padres, recién estrenado 2022, con esa sonrisa deliciosa que te deja el libro todo el rato a pesar de todo. Esa dulzura.

Como esa dureza de Firdaus, la Mujer en punto cero, después de una vida entera de violencia machista destrozandole la esencia.

O la suavidad deslumbrante del primer poemario de Nerea Campos. Hablan las manos y habla su voz tranquila de mujer tímida de corazón rico y generoso. Tenemos poeta para mucho futuro, tenemos esperanza verde como el canto del libro doble que La Editorial de Librefeminista nos regaló junto a ese otro de cantos morados.

Releer tantos años después Tres Guineas con una guerra recién empezada en Europa nos recordó de dónde venimos. Lo poco que cambia lo estructural. Nos recordó que necesitamos pilares para sostener el puente. Y nos dio una razón para juntarnos a encender fósforos.

O esa sensación de nexo entre el Brillo de Leilani y La otra chica negra de Zakilla Dalila Harris.

Dos mujeres negras escribiendo sobre todas esas dificultades de la cosmopolita NY cuando eres joven y negra. Impresiona mucho como Harris es capaz de escribir una novela de esas que engancha y que además te hace cuestionarte esas formas tan perversas en que el sistema desactiva las luchas enfrentando a unas contra otras. Las negras. Las pobres. Comprar tus ideales a cambio de una cierta apariencia de poder o bienestar.

Reunión está escrito por una mujer británica de origen africano. Compré 2 veces el libro porque sigo sin ser capaz de vincular el título con la historia. Es una novela corta, original, interesante, atmosférica (si lleváis el tiempo suficiente por aquí ya sabéis a qué me refiero con este adjetivo tan pobre para explicarme), una primera novela prometedora sobre clasismo, racismo sobre la toma de conciencia lenta e inexorable que te cambia la vida para siempre.

De los #LibrosParaVerano no voy a repetir lo que ya dije aquí.

Y de La ciudad de Lara Moreno ya hablé mucho en Twitter pero quería repetir aquí que lo leáis. Este diciembre de sangría de asesinadas es importante pensar también en cómo empieza el maltrato y lo poco que nos enteramos desde fuera. Lo mucho que nos sale culpar a la víctima y disculpar al pobre muchacho. Pensar también en cómo cambia vivir en España cuando vienes de Marruecos o de LATAM. Cuando eres pobre, no eres blanca. Qué sabemos de nuestras vecinas, cuántas cosas podríamos hacer por ellas y ni pensamos en hacer.

A Almudena Grandes ya solo podemos releerla y por eso nos cuesta mucho decir que Todo va a mejorar. La novela póstuma, desde luego, habría mejorado mucho si la Grandes hubiese tenido 2 meses más para trabajar en ella.

Este diciembre que casi acaba leí con deleite La trastienda gracias a que Seguer y Raúl me lo regalaron en el puente. Las dos voces de dos hermanas que podrían estar jubiladas pero siguen regentando su tienda en Elgoibar. Me gusta escuchar a feministas comprometidas de más de 70 años aunque me deprima un poco ver que no estamos ni cerca de cambiar todo lo injusto.

Y hace solo un par de días terminé, entre carcajadas, Pudin de Navidad. No me negaréis que algunas veces calculo bien.

Para 2023 el reto es leer sobre el deseo en sentido amplio. Única condición: ese deseo tiene que contarlo alguien que no sea un varón blanco hetero cis. Que para mi gusto escriben fatal del deseo porque piensan muy poco en el deseo y mucho en las conquistas. Que no tienen nada que ver…

Espero que 2023 os dé solo cosas buenas y ganas de seguir jugando conmigo y con los libros que leemos

P.S. Olalla Castro publicó 2 libros este año que se acaba y nos calentó el corazón con sus versos. Sigue siendo mi poeta español vivo favorito. Así. En masculino genérico.