Crónica de una vida anunciada

El hombre lúcido en busca de sentido

No me preguntes por qué, pero el primer ejercicio de composición de canciones me ha llevado a reflexionar sobre House (el doctor), Holmes y Fausto.

Un comienzo pretencioso para el artículo.

Bueno, en realidad indagaba en un arquetipo, el del hombre racional que se enfrenta al mundo emocional. Todo el mundo sabe que el personaje de la serie House estaba basado en Sherlock Holmes, pero, y aquí está el detalle, House era más consciente de su condición digamos intelectual-emocional que Holmes.

Holmes sabe de su circunstancia, de su posible aislamiento emocional, pero lo convierte en una virtud, lo racionaliza en una virtud. House es más consciente y más humano. Es un intelecto herido.

Y mirando más atrás, me encontré con Fausto de Goethe, que es un hombre que ha hecho de su vida el saber, el conocimiento:

“He estudiado, ¡ay!, filosofía, derecho, medicina y, por desgracia, también teología, con ardiente empeño. Y ahora me encuentro, ¡pobre loco!, tan sabio como al principio.”

Pero el conocimiento no le ha dado sentido ni plenitud. Y de este drama existencial, parte el resto de la obra.

Son tres casos de hombres racionales, que toman caminos diferentes. Fausto pacta con Mefistófeles porque se da cuenta de que ha perdido el tiempo, Holmes asume su condición y la convierte en una ventaja, House vive en realidad en la contradicción y el dolor y se protege con el intelecto.

Da para reflexionar. De momento me voy a leer Fausto, y releer Estudio en Escarlata. A ver que encuentro.