Lanza el dodo

Daybreak

Matt Leackock se levantó un día en 2020 y pensó: “La gente está teniendo una experiencia demasiado inmersiva en mi juego Pandemic, de gran éxito de crítica y público. Debería hacer un juego que les permita evadirse un poco de las catástrofes.”.

Y comenzó el desarrollo de Daybreak, un juego en el que representas a gobiernos de potencias mundiales y tratas de frenar el calentamiento global y la destrucción de los ecosistemas, manteniendo en la medida de lo posible la paz en tu territorio.

¿Quién le ha hecho este desastre ecológico? Va a haber que abrir para sanear.

La mecánica fundamental de este juego es la creación de un motor de cartas en base a los símbolos situados en sus esquinas. En tu zona de juego tendrás hasta 5 cartas o proyectos locales, y podrás colocar las cartas de tu mano delante de cada montón para activar sus efectos, o detrás, para añadir los símbolos que encontramos en la esquina superior derecha de cada carta, de manera que estaremos potenciando los efectos de la primera carta de cada montón.

Con los efectos de estos proyectos locales iremos reduciendo las emisiones con las que comenzamos, generando energía limpia, creando resiliencia que nos hará falta después o contribuyendo a las crisis que conocemos.

Una vez que hemos terminado de jugar nuestras cartas, se viene la tensión. Generaremos emisiones y, lo que no sea absorbido por océanos y bosques será liberado a la atmósfera, aumentando la temperatura del planeta, generando nuevas crisis, destrozando ecosistemas, y todo esto podrá desencadenar una mayor subida de temperaturas, nuevas crisis, y más destrozos.

¿Cómo logramos ganar? Pues rezando. O, si logramos llegar al punto en el que los océanos y bosques absorben todas nuestras emisiones, y además sobrevivimos a las crisis y destrozos de ecosistemas que genera el aumento de temperatura acumulado hasta esa ronda.

¿Cómo perdemos? Si llegamos a los 2ºC de subida de temperatura, las crisis generan muchas revueltas en nuestros territorios o no conseguimos nuestro objetivo al finalizar la sexta ronda.

Eso sí, en el caso de que ganes, te quedará un planeta casi completamente destrozado, con una temperatura mucho mayor que la actual, con comunidades en crisis y la sensación de que podrás haber sobrevivido, pero el coste humano y medioambiental ha sido tremendo, y que minimizar el golpe no ha sido suficiente.

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