Lanza el dodo

Partidas en julio de 2025

Este mes he seguido un poco con la dinámica habitual de jugar a juegos multitudinarios en presencial, y probar unos pocos en digital, de complejidad y duración dispar.

Este mes jugamos una partida a Captain Sonar, de nuevo el escenario inicial por turnos, donde los dos equipos exprimimos el tiempo para deducir perfectamente la localización del rival, con lo que nos valió más la estrategia y el control de daños que la deducción o el despiste para hacernos con la victoria. Creo que ya no me queda gente con la que tener que repetir este escenario así que tocará leer las reglas para tiempo real.

Ya en digital, los dos a los que más he jugado tienen un elemento de deducción. Por una parte, Digit Code viene a ser una versión de Orapa Mine (o al revés) con dígitos LCD en lugar de una mina. Un poco igual de sudoku e igual de poco recorrido, por más que entretenga mientras se juega. Por la otra, Pagan: Destino de Roanoke es 0% deducción (aunque lo presenten así) y 100% faroleo. Es un juego asimétrico sobre una bruja que cotillea con los vecinos de tranquilo pueblo y la Roanoke’s Inquisition, completamente esperada porque sois dos personas jugando, tú me dirás. Una persona trata de colocar fichas en la bruja, que es 1 de los 9 aldeanos de manera disimulada, mientras que el cazador trata de exonerar a los aldeanos inocentes o cazar a la bruja. Todo esto con poderes distintos para cada bando y que gana conforme conoces un poco el juego, para formar tu estrategia según lo que pueda hacer tu rival. Muy bueno, un poco mejorable en el diseño gráfico, porque con tanto símbolo pequeñico y la asimetría entre los efectos de cada jugador no sabes bien a qué se refiere cada cosa hasta que no llevas un par de partidas. Los Castillos del Rey Loco es un juego de subastas de losetas de tamaño y forma dispar que conforman tu puntuación. Se ve un poco viejuno en cuanto a diseño gráfico y un poco también en las mecánicas, sin llegar a parecerme un clásico instantáneo.

Glass Road sí tiene todos los ingredientes para ser un euro clásico: Una portada aburrida, al estilo de Dennis Lohausen, interacción entre jugadores, y ser un juego reaprovechado por Uwe Rossemberg para otros de sus diseños. Aquí buscas conseguir recursos que transformar en puntos con un sistema de producción curioso: Cuando tienes al menos una unidad de varios ingredientes, las usas para obtener un producto más valioso. Esta mecánica se implementa con dos «relojes» con unas manecillas cuyo ángulo relativo no varía. Cada objeto está en un sector del reloj y en el centro de las manecillas se indica la cantidad que representa ese sector. Si hay al menos 1 de todos los ingredientes, se mueven las manecillas de manera que habrá 0 de alguno de ellos, y se incrementa el número de productos (cristal o ladrillo), que está en el arco menor del reloj. La manera de realizar acciones es también poco frecuente. Todo el mundo tiene las mismas acciones en cartas. Para cada ronda, se eligen 5, y en cada turno se escoge una. Si el resto de jugadores no ha escogido esa carta entre las 5, la juegas y haces sus dos acciones. En caso contrario, sólo harás una y los otros jugadores que la tengan harán una de las acciones que aparecen en la carta a su elección. Por esto, tienes que estar pendiente a qué necesitan hacer tus rivales, pues así podrás realizar un máximo de 9 acciones en cada ronda, frente a un mínimo de 3 si son tus rivales quienes te leen bien. Luego el puzzle a optimizar requiere buena concentración y saber qué quieres hacer para construir edificios y conseguir más puntos (en esta parte no puedo dar consejos, la verdad).

En cuanto a jueguitos de cartas, Exhibition: 20th Century parece principalmente un juego educativo para usar en clase y hablar de inventos/fechas/continentes pues la estrategia es bastante ligera. LUZ es un juego de bazas con apuestas sobre cuántas bazas vaz a ganar donde sólo ves el palo de tus cartas y el número de las del resto de jugadores. No le veo la gracia, pues, aunque no se repartan todas las cartas, sabes las del resto e intuyes las tuyas, con lo que no hay lugar a sorpresas, a ganar inesperadamente una baza con una carta baja y pasarte en tu apuesta o a recuperar la iniciativa con un triunfo. Verso es un juego sencillo de forzar la suerte, al estilo del inexplicablemente aclamado Flip7, con cartas de dos caras, cada una con un color y número distinto y unos puntos de victoria. En tu turno recibes una carta que puedes conservar o voltear. Si lo haces y ya tenías ese número-valor, se descarta. La gracia (tampoco mucha) está en puntuar cadenas de cartas del mismo color consecutivas, en cuyo caso volteas cartas a tus rivales, que pueden prever esto para que al girar su cartas ellos tengan una cadena más larga. Bueh, tampoco tiene mucha enjundia y sí mucho impacto del azar.

Y en el apartado de: “Esto ya lo había probado pero mejor”: Medu es un abstracto de movimiento condicionado donde cada jugador dispone de un set de 16 piezas que forman 4 pirámides de distinto color. En tu turno colocas una pieza con igual color o tamaño que la que colocó tu rival. Gana quien consigue formar una pirámide o línea del mismo color o de 4 colores. No lo he visto destacable con respecto a otros juegos de movimiento condicionado, aunque pueda tener más profundidad por el aspecto combinatorio. Qwinto, que no es que haya escrito mal mi nombre, es un juego roll&write más simple y menos divertido que Optimus. Y Rumble Nation, un juego de mayorías con dados que es más simple y menos divertido que El Grande.

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