Amanece
Amanece, un hilo de luz se filtra entre las hojas de los árboles y me da en la cara, un fuego de leña calienta una pava negra con agua de río, me siento en los pastos con el mate entre las manos, el río me susurra palabras al oído, son tantas y tan buenas para el corazón. El perfume de la costa, ese inconfundible aroma a isla, se mezcla con el humo de la leña de sauce quemada, de la radio se oye un acordeón que va rezongando los primeros acordes de un chamamé.
Así comienza este viaje a las montañas, nace en las islas frente a Rosario, navega el río a pura sangre, despacio, tranquilo, viviendo cada metro de costa, sintiendo ese dulce fluir del agua en cada recodo, nutriéndose del viento, dialogando con él, entendiendo que tiene para decir y adonde me quiere llevar.