Arenales

Ver un montón de rocas y apreciar su belleza,
entender sus líneas, sus detalles.
Encontrar una linda ruta para llegar a lo mas alto.

Luego hay que imaginarse los tiempos, las dificultades, el equipo necesario, las posibilidades que uno tiene.

Desear estar ahi metido, proponerte una ruta de ascenso, empezar bien temprano, encontrar esas fisuras, imaginar lo que falta y en que parte de la pared estamos.

Tal vez seas uno de los primeros en tocar esos cristales, disfrutar cada uno de sus pasajes, admirar cerros nevados lejanos y sus fabulosas paredes.

Colocar cada uno de los seguros, aprender a confiar en ellos, armar reuiones, preveer rapeles, lastimarse las manos y tobillos en las fisuras.

Darle para arriba usando todas las herramientas y trucos, sentir la garganta seca y ahogada en las partes peludas. Curtirse de frío en las reuniones sin saber que esta haciendo tu compañero, y sin embargo seguir dándole.

Muchas dudas te abruman al caer la tarde, te queres ir, queres estar ya abajo, estas agotado, sin embargo algo te empuja para arriba, hay que decidir.

Si tenés suerte llegás a lo mas alto de tu sueño, podés sacarte unas fotos con tu amigo, y sin mas demora, te apurás a bajar. Solo faltan unos cuantos rapeles en la fría noche de los arenales.

Ya muy entrada la noche te reunís con tus amigos y disfrutás de unos mates, mientras ves allá arriba la silueta de esa hermosa aguja que ahora es una parte de tu vida.