Compañero de cordada
Como siempre se extrañan los compañeros de otras escaladas, los que te han enseñado mucho de lo que sos y los compañeros de inolvidables caminatas por la montaña. Aquellos de los que aprendiste lo que significa hacer montaña, escalada alpina y acarreos infames.
Aquella aguja de granito que sube cientos de abrumadores metros tiene un nombre y un espíritu único que se lo ha dado esa cordada que una vez la creyó posible, su figura me trae recuerdos de aquel amigo con el que compartí momentos intensos y una lucha para poder volver a la tierra.
Miro esos clavos medios torcidos que cuelgan del portamaterial que voy preparando y recuerdo a los compañeros con los que los metíamos a fondo haciéndolos cantar intensamente. Cada golpe del martillo trae a mi cabeza una avalancha de recuerdos de montaña y eso me alegra mucho. El equipo gastado, mellado, heridas del metal llenas de recuerdos, las primeras zapatillas, la mochila apaleada, descolorida, casi risueña , ya tienen una vida propia de recuerdos.
Cuando las cosas se ponen interesantes, de estos afilados montones de rocas no se sale por el hecho de querer salir nomás, ó de desear estar abajo, sino que se debe luchar mucho para lograrlo. Esto es un juego mental. Así sean doscientos metros en un día de sol, a veces las cosas pasan de ser hermosas a una batalla por volver a pisar tierra. Y el único resguardo que logra tu mente en esos duros momentos son los ojos de tu amigo en el que confiás ciegamente porque está atado tanto a tu cintura como a tu alma. Y cuando la tenue luz de su linterna se desvanece en la fría noche en busca del próximo rapel, y vos estas sólo colgado de un par de clavos metidos en una fisura de millones de años, ansioso por sentir el “libre”, ahí comprendés lo que significa la cordada, esa comunión de dos compañeros unidos por una cuerda. Más abajo y ya al pie de ese sueño interminable, te abrazas en la única y verdadera cumbre y casi se te arrancan las lágrimas de los ojos.
Siempre hay que saber escuchar, la duda del otro es la máxima certeza, en los ojos del compañero esta la solución. Solo hace falta una mirada para entenderlo todo y saber hasta donde se puede llegar. Dos vidas intensamente unidas, para llegar a lo mas alto, eso es una cordada.