Fitz
Podría haber seguido...
Pero ya no lo veía, tenía miedo de luego no oirnos, como tantas otras veces en una pared. Mire lo q faltaba para terminar, y era muy fácil, pero unos metros eran tal vez algo más duros, estábamos lejos el uno del otro, con lo q pensé sería inteligente q el me vea para poder asegurar el paso. Tampoco quería estar tan sólo acá arriba.
Ya estaba resuelta la pared, habiamos escalado la Francoargentina, pero se necesitaba discutir una decisión, salir al filo cumbrero o no . En un último recodo de luz arme en un pichote la última reunión y grite veniiii!
Del filo se desilachaban furiosamente endemoniados viento, nieve y nubes a una velocidad increible, Estruendos, estampidos del viento a ciento y pico de kmh. Nunca antes había sentido esos sonidos en una pared. El frío para el segundo se hacía sentir. Miré hacia abajo y apareció entre la neblina. Hacia rato q íbamos con grampones y piquetas en un mundo de granito y fisuras con hielo. Mientras recuperaba miré lo cerca q estábamos de salir.
Una racha me aplastó violentamente contra la roca, y en un zumbido brutal tuve q hacer fuerza para evitar me doble el tobillo q tenía cómodamente empotrado en un offwidth, sentir la fuerza de la naturaleza y luchar con ella, es cuando uno dota de vida a lo inanimado. Era mucho menos de un largo fácil con pedulas al filo. Una trepindanga. Soñé a mi compa arriba de ese filo mirando al oeste y gritándome al fin, venii!, luego caminar juntos a la cumbre.
Pero era un límite q no íbamos a pasar. No era ni el tiempo ni el lugar. No es q no lo intentamos. Igual fuimos. Los camalots no funcionaban, se pegaban las levas. Un intento más y el frío se volvía preocupante, miro el reloj, eran las 16hs. Decidimos bajarnos. Nos esforzamos por tomar una decisión abstrayendonos de las pasiones y aplicando la sensatez.
Cuando rapeló mi compa primero y desapareció en una esquina, el viento se adueñó de todo, quedé solo, pensé bastante y todavía sigo pensando. Aún hoy sigo desmenuzando el significado de esa escalada.