Escritos profundos, reales o imaginarios, pero honestos

Dios me dejó vivo para un propósito

Después de sobrevivir al COVID, muchas personas me dicen que Dios tiene un propósito para mí, pero que yo debo encontrar ese propósito. En lo profundo de mi cerebro, alcancé a evaluar dos opciones: si muero, al menos me libro del sufrimiento de las deudas, pero dejo huérfano a mi hijo de ocho años. Si logro sobrevivir, Dios quiere que pague las deudas y seguir viviendo para lograr que mi hijo crezca y sea “alguien en la vida”.

Cuando desperté, después de varios días en la UCI, sentí como si emergía de las aguas, y volvía a respirar. Una serie de molestias y problemas de salud me esperaban, pero al menos estaba vivo, desesperado por salir del hospital cuanto antes.

Me da pena decirlo, pero sigo sin saber cuál es el propósito que tiene Dios conmigo, o si a la inversa, yo debo crear, hacer ese propósito y encomendarle a Dios, que me ilumine y me guíe.

Qué mejor trabajo el que me queda por delante, que educar a mi hijo Joshua, de ocho años, darle mis consejos, orientarlo y servir de guía espiritual en esta larga carrera que él tiene en la vida.