Escritos profundos, reales o imaginarios, pero honestos

Un país dividido

Vivo en ese país que tendrá unas supuestas elecciones en noviembre, con varios presos políticos en que el común denominador es que todos ellos quisieron ser presidente del país, luchando contra una élite armada. Hay presos por ondear una bandera, presos por no ser afín al régimen.

Es fácil pensar que el país está dividido, confrontado, fragmentado políticamente. No lo veo así. La división es de tipo moral y ético, no político.

Todos queremos un país democrático, en libertad, en paz, armonía y progreso. Todos quieren ese sistema propio de países del primer mundo, en que las leyes se respetan y no se manipulan, en que se castigue a los ladrones y violadores de las leyes, en que el tráfico de influencias también es un delito. Se quiere un sistema que castigue a los corruptos.

Pero el asunto no es solamente, “querer”. Es hacer y pensar y actuar conforme a valores éticos y morales.

Hay buenos y malos, ¿en qué bando estás? Del lado de los buenos, dirán todos. Pero, no hay un código que me indique que yo miento, porque mis actos contradicen lo que digo. Esto refleja una absoluta carencia de valores morales. No me importa matar con tal que conseguir el poder, no me importa denigrar a mis propios camaradas con tal de sobresalir.

Todos tienen una infinita ambición de poder, lo cual no permite la unidad de conciencia, ni permite ver lo que está mal y lo que está bien. Están enceguecidos por la avaricia y la soberbia. El país vive y está cosechando las décadas de abonar a un sistema sin valores morales. La cosecha es este monstruo ciego y obeso, que está matando a todos por igual.

Tanto buenos como malos, están enclaustrados en sus jaulas, aquéllos en sus jaulas de oro, que no les permite disfrutar de libertad. Los otros, en las jaulas de barrotes fríos y nauseabundos en donde los han encerrado los que viven en jaulas de oro. El encierro es el mismo, de tipo moral y ético, no ideológico ni político. Porque, al fin y al cabo, si hacen un intercambio de jaulas, los nuevos inquilinos de las jaulas de oro no serán capaces de aborrecer la nueva jaula.

El país no está dividido política ni ideológicamente, sino dividido por los valores morales y éticos. En el momento en que todos los que viven en este país comiencen a hablar otro tipo de lenguaje y código, las cosas comenzarán a marchar mejor.