2023 está siendo mi particular “año de la música”
El 1 de octubre de 2022 fui a mi primer concierto después de la pandemia del COVID-19. Nunca he sido una persona de ir a muchos conciertos, pero había sido un año especialmente duro con esa mezcla de los últimos coletazos del COVID y el inicio de una guerra en Europa que parecía que podría escalar a niveles nucleares, y la experiencia de ese concierto fue absolutamente liberadora. Era un festival con varios grupos locales, pero solo fui a ver a Dry River, la mejor banda de rock de España.
Después de ese concierto, antes de terminar el año fui a dos más. Y recuerdo que cuando cambiamos de año, el propósito que me marqué fue empezar a ir a más conciertos durante 2023. Y caray si he cumplido, porque si en todo 2022 fui a 3 conciertos, esa es una cantidad que he conseguido en un único fin de semana este año.
Ahora mismo estamos a 29 de julio de 2023, y honestamente he perdido la cuenta de la cantidad de conciertos a los que he ido. Empecé el año fuerte, en enero viendo a Dry River llenando la sala de Castellón, y en febrero yendo hasta a Barcelona a ver a los noruegos Leprous, que fue uno de los dos grupos que más me enamoraron durante 2023. El otro grupo que más me gustó fueron los polacos Riverside, a los que si todo sale bien iré a ver en octubre a Madrid. Una coincidencia, porque estaré en Madrid esos días para ver el musical de El Fantasma de la Ópera, y cuando Riverside anunció su fecha me pedí un día libre más y alargué la estancia en el hotel para aprovechar.
Pero entre medio, he ido a muchos otros conciertos, que generalmente están siendo festivales pequeños o conciertos en pequeñas salas. También hay excepciones, porque en agosto iré a ver a Dry River y Delalma a un festival bastante grandecito en Ripollet, y en septiembre viajo hasta Holanda para ver a Ayreon. Pero en general, casi todo están siendo conciertos locales en pueblos de la provincia, e incluso a veces solo eran dos personas haciendo música en una cafetería.
Las grandes ventajas del directo
La música en directo tiene una magia especial. Es verdad que no suena igual de perfecta que cuando la escuchas en un disco, pero es mucho más honesta, cruda y directa. En un disco un artista mediocre puede meter mil efectos, afinar artificialmente sus instrumentos o la voz, y aparentar ser mejor de lo que es. Pero en directo no hay ni trampa ni cartón, lo que ves es lo que hay, y es donde realmente se demuestra lo que eres capaz de hacer.
Los conciertos también son eventos de comunión entre artistas y público. Escuchar tu canción favorita en unos buenos auriculares es una experiencia increíble, pero poder ver al artista delante tuyo en carne y hueso interpretando esa misma canción es una magia especial que no se puede describir. Además, siempre hay pequeños detalles que hacen cada concierto irrepetible.
Además de esto, cuando empiezas a ir cada vez a más y más conciertos locales también acabas coincidiendo una y otra vez con las mismas personas. Gracias a esto, puedes hacer nuevas amistades con personas con gustos afines, y esa ha sido otra de las cosas que está haciendo este año sumamente especial. He podido conocer a mucha buena gente en mi ciudad, con la que poder charlar y quedar antes y después de un concierto para tomarnos algo juntos. También he tenido el privilegio de poder contar entre estas nuevas amistades a artistas musicales que admiro profundamente.
Esta última parte es algo que también me está resultando nuevo a mis 41 años. Normalmente, la relación con los músicos que me gustan ha sido de poco contacto, y en algunos casos locales poder enviarnos de vez en cuando algún mensaje relacionado con un nuevo lanzamiento. Pero este año he podido ir a un concierto y, al terminar, salir a tomar algo con esos mismos artistas a los que he estado viendo. Y siempre podré contar esa anécdota de haberme hecho amigo de uno de mis músicos favoritos cuando, al coincidir en un pequeño festival donde ni siquiera ellos tocaban, me preguntó si me gustaba el rock islandés. Fue una casualidad que de allí fuera otro de los mejores grupos que descubrí en 2022.
Con todo, he de decir que 2023 está siendo uno de los mejores años que recuerdo. Me puedo sentir un poco culpable con esto cuando todo parece irse a la mierda en el mundo, pero es una pequeña burbuja personal en la que me siento muy bien, y que me está dando muchas y muy buenas alegrías.
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