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Dry River y Delalma: la magia y la pegada del rock/metal español

En las últimas 3 semanas he podido ver en directo a las que para mi son, con diferencia, dos de las mejores bandas actuales del rock/metal español: Dry River y Delalma. Y a las dos las he podido ver en la Rock City de Almàssera, que posiblemente sea la sala de con mejor sonido de esta comunidad autónoma.

En los últimos años tuve la falsa impresión de que en España no había proyectos musicales interesantes, que siempre eran los mismos, pero en cuanto uno empieza a prestar atención se da cuenta de que nada más lejos de la realidad, que hay muchas bandas con muy buenas ideas buscando que se las escuche.

La magia de Dry River

Si alguna vez has hablado de música conmigo o hemos comentado nuestros grupos favoritos, ya sabrás que mi grupo fetiche es Dry River. Es una banda cuyo espectro musical cubre desde el hard rock hasta el metal progresivo, con unas temáticas muy variadas, y con lugar tanto para canciones fiesteras y desenfadadas como para otras más serias, más técnicas y más espectaculares.

En un 2023 totalmente lleno de conciertos, Dry River es, junto a Annacrusa (mi otro grupo español favorito del que ya os hablé), la banda a la que más veces he disfrutado en directo. Y cada concierto de ellos es una fiesta y una auténtica locura musical, no te cansas nunca de repetir. Esto es así primero porque son todos unos músicos totalmente brillantes, y te puedes quedar embobado simplemente viéndolos tocar. De las guitarras al bajista, pasando por el teclado y la batería, todo suena siempre impecable por muy difícil que sea la canción, y tienen a un Ángel Belinchón que es posiblemente uno de los mejores cantantes de España.

Como pequeña anécdota, cuando en septiembre fui a Holanda a ver a Ayreon en directo, con sus 19 cantantes internacionales en un espectáculo de Ópera de Heavy Metal, al volver tenía la sensación de que tras escuchar todas esas voces parecía que le notaba un poco más las carencias de la mayoría de cantantes españoles. Y cuando pensé en eso, Ángel es una de las pocas excepciones que me vino a la cabeza. Tiene una voz impecable que no falla nunca, y también mucho carisma y muy buen humor sobre el escenario.

Pero él es solo la voz cantante (ja) de una banda de auténticos genios, aunque la injusticia de la industria musical sigue haciendo que sean menos conocidos de lo que se merecen. En esto, es como uno de esos secretos que pasan de boca a boca. Si tienes a una amistad con buen gusto musical, como me pasó a mi, te dirá un día que pruebes a escuchar a Dry River. Y cuando tú se lo recomiendas a alguien, sabes perfectamente que vas a hacer su vida un poco mejor.

El concierto, como siempre, fue una fiesta. El sonido fue genial, las canciones muy buenas, y las dos horas de concierto se pasaron volando. De hecho, pese a estas dos horazas de temazo tras temazo, todavía hay canciones que echas de menos escuchar, porque tienen una discografía absolutamente brillante.

Además, otra de las buenas cosas que tienen los “drirris”, es que tienen una comunidad de fans que es como una familia, por lo que disfrutas tanto del concierto como de los momentos anteriores y posteriores en los que puedes charlar con muchas caras conocidas y comentar lo bien que nos lo hemos pasado todos.

La pegada de Delalma

Delalma es lo que se conoce un supergrupo, un grupo de metal formado por integrantes famosos que han pasado de bandas muy conocidas, como en este caso Mägo de Oz y Avalanch. Solo llevan un disco y menos de un año sobre los escenarios, pero ya son por méritos propios una de las mejores bandas que tenemos en el país. Simplemente, le han ido adelantando por la derecha a la mayoría de las bandas consagradas, y en menos de un año ya llevan a sus conciertos el público que a otros les cuesta bastantes años de carrera poder juntar. Y es que si me das a elegir entre ver en directo a la mayoría de bandas consagradas del rock/metal español y Delalma, posiblemente vaya a ver a estos últimos.

Había tenido la oportunidad de ver a Delalma en el festival Ripollet Rock hace unos meses, y aunque lo disfruté muchísimo, me quedaron algunas dudas. Pero ya sabemos todos que el sonido de los festivales suele ser malo, por lo que tenía ganas de poder verlos en una sala en condiciones y comprobar cómo se defienden realmente sobre el escenario. Y vaya si se defienden, porque me metieron alucinando desde la primera canción.

Delalma tienen una garra y una pegada sobre el escenario difícil de explicar. Hay tres tipos de grupos: los que suenan en directo que en un disco, que son la mayoría, los que consiguen sonar igual que en el disco, y los que suenan en directo mucho mejor que en el disco. Y Delalma es uno de los máximos exponentes de este último grupo, dejándote con la boca abierta por la fuerza y la energía que son capaces de transmitir. Ni siquiera los vídeos que he grabado para No me pierdo un bolo parecen ser capaces de captarlas.

La historia de Delalma es también la historia del renacer de Ramón Lage, su cantante. Perteneció durante 10 años a Avalanch, una de las bandas de heavy metal más famosas de España. Tuvo la mala suerte de entrar sustituyendo a Víctor García, quien entonces era la voz más carismática del panorama metalero de este país, y tenía un registro totalmente diferente. Las comparaciones fueron todas destructivas, la gente fue muy cruel con él, hasta que en 2012 acabó abandonando Avalanch para poco después decidir abandonar la música para no volver.

Pero tras 5 años intentándolo, Manuel Ramil y Seoane (teclista y guitarrista) consiguieron convencerle para unirse al proyecto de Delalma, y publicar el primer disco juntos en enero del 2023. Mientras, en la década que Ramón pasó lejos de los escenarios, muchísima gente acabó dándose cuenta de la buenísima voz que habíamos perdido, y ahora en su regreso en todos los conciertos recibe innumerables muestras de cariño.

Qué buena manera de terminar el año

Además de Dry River y Delalma, en las últimas semanas también he tenido la suerte de ir a otros conciertos (como el de Astral Experience) de los que también he disfrutado tanto por la música como por la compañía que tuve en ellos. Pero haber podido ver a estos dos gigantes de la música en español me parece la mejor manera de cerrar el año musical.

Sí, sé que posiblemente acabe yendo a varios conciertos más antes de acabar este 2023, pero si no fuera así tampoco me importaría, porque el buen sabor de boca que me han dejado los dos de los que os he hablado hoy me parecen ya una buena manera de cerrar la temporada.

Un pequeño spoiler. El 2024 lo empezaré viendo a Dry River en Madrid en enero, y confieso que sería un pequeño sueño que pudieran invitar a Ramón Lage a colaborar con ellos en él. Porque ver a Ángel y a Ramón cantando juntos sería la mejor manera de empezar el año.

Y si has leído todo esto, recuerda que los vídeos de todos los conciertos a los que voy los subo a No me pierdo un bolo, tanto en Instagram como en TikTok.

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