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“The Congregation”, de Leprous

Leprous es una de las mejores bandas de metal progresivo que hay en la actualidad, y aunque de vez en cuando había escuchado alguna canción en el pasado, ha sido este año cuando he conseguido sumergirme finalmente en su mundo musical. No son un grupo fácil de escuchar, porque su música puede resultar muy diferente, extraña, peculiar, y te lleva por caminos no siempre melódicos y no siempre fáciles de digerir. Tiene mezcla de música profunda y contemplativa, con otras partes más potentes o incluso estridentes, y luego hay temas que a todo eso le añaden unos estribillos muy melódicos.

Primero fueron una o dos canciones, con momentos increscendo en los que la voz de Einar Solberg luce con luz propia. Me recuerdo pensar que era imposible que un hombre tuviera una voz así de versátil y capaz de llegar a unos tonos tan altos. Pero luego lo escuchas en algún vídeo en directo y ves que sí, que es una de las voces más prodigiosas que has escuchado en tu vida. Pero aun así, no siempre es suficiente como para conseguir engancharte al grupo. Suenan demasiado “raro”.

Hace unos meses escuché una reseña en YouTube de un estadounidense que hablaba con ellos, y que comparaba la primera vez que los escuchas con la primera vez que bebes whisky. En el primer sorbo te pueden repeler, pero si les das tiempo y sigues bebiendo acaban enganchándote para siempre. El caso es que durante todo 2021 muchos algoritmos de música que escuchaba me apuntaban hacia ellos, pero nunca me terminaban de enganchar más que con una o dos canciones.

Con “The Congregation” Leprous consiguió enamorarme

“The Congregation” es considerado por muchos como la mejor obra de la banda, e incluso uno de los mejores discos de Prog de la última década. Y fue escuchándolo entero una noche cuando hubo una canción que consiguió engancharme y hechizarme. La canción se llama “The Flood”, y es como un hermoso canto a la desesperación. Es una canción oscura pero muy melódica y hermosa, muy ambiental, y con una explosión sonora en el estribillo.

“Corta mi cuerda mientras me veas trepar, déjame caer donde no me encontrarán.” La canción es pura desesperación, como un canto a los efectos de la depresión y cómo te golpea cuando intentas levantarte y mejorar. Está envuelta en una atmósfera muy oscura, que por alguna razón también me evoca una conversación con el diablo… no sé, quizá leí demasiado a Anne Rice cuando era joven.

La cuestión es que esta canción se convirtió en un flechazo, un amor a primera escucha y una obsesión musical que machaqué una y otra vez durante semanas. Y tras ella, todo el disco consiguió entrarme por los oídos y lo escuché de principio a fin varias veces. Y claro, una vez hecho esto ya todas las demás canciones de la banda me entraron más fácilmente, y conseguí explorar y disfrutar su música, dándome cuenta de que lo que los demás decían es verdad: es uno de los mejores y más diferentes grupos que puedes escuchar hoy en día.

Actualmente, Leprous es junto a Riverside el grupo que más he escuchado durante este 2022 según mis estadísticas de Last.fm. Y además de eso, tengo entradas para verlos en febrero en Barcelona y poder comprobar en persona otra de las cosas que algunas personas me han dicho de ellos: que en directo son una auténtica maravilla.

Por su parte, en mi colección de CDs tengo ya 3 discos de Leprous, que además me gasté más dinero por el detalle de buscar las ediciones especiales en digipack, y The Congregation también lo tengo en vinilo. De vez en cuando me permito el placer de paladearlo en este formato, mientras que muy a menudo lo tengo puesto en Apple Music o con su CD.

#Música #Prog #Metal #Leprous